Sobre algunos complementos del vestido
de la mujer valenciana ( 1.785 -1815) :
El mocador de coll y el devantal.
IV º Congreso Nacional de
Artes y Costumbres Populares. Institución Fernando el Catolico. CSIC.
Notas aclaratorias a esta
publicación.
En
el año 1.983, un pequeño grupo de investigadores valencianos, decidimos
presentar unas comunicaciones al IVº Congreso Nacional de Artes y Costumbres
Populares, que organizaba el Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
Aquella edición se celebro en Zaragoza y estuvo coordinada por D. Antonio
Beltrán.
Valencia
estaba representada por un nutrido grupo, pero digamos que nosotros habíamos
formado un pequeño equipo para ir juntos y pasar unos días de convivencia y
trabajo a nuestro aire. El congreso fue muy interesante y de sus actas se
tenían que publicar en tres tomos debido a la gran cantidad de comunicaciones
presentadas.
La
vuelta hacia casa, estuvo prácticamente llena de proyectos para la siguiente
edición. Pero la realidad es que el C.S.I.C ya no volvio a organizar el
congreso. Las comunicaciones con sus fotografías y dibujos, habían quedado en
la Diputación de Zaragoza para su publicación.
Pasados
dos años o más, se me ocurrió llamar a la organización y preguntar como estaba
la publicación de las actas. La respuesta es que habían tenido problemas y que
aun estaban pendientes de impresión. De nuevo pasaron otros tres años sin
noticias, y de pronto comentando con Francisco Zanon dicho asunto, me dijo que
el hacia unos meses que había recibido el tomo II, donde iba publicada su
comunicación. Sorprendido llame a José Ramón Sanchis y me dijo que el tampoco
había recibido nada, pero que José María Moreno Royo, había también recibido el
II tomo con su publicación.
Visto
esto, de nuevo me puse en contacto con la organización y me aclararon que del
primer tomo que correspondía a la parte de dialectología, solo se había
publicado un folleto con el extracto de las comunicaciones; del segundo se
había publicado la totalidad y del tercero estaba pendiente de publicación.
Como me interesaba el segundo tomo con las comunicaciones de José Mª Moreno Royo
y de Francisco Zanón, pedí que me lo enviasen, aunque fuese pagándolo, pero me
dijeron que ya estaba agotado, lo que me hace sospechar que la tirada seria de
risa y solo para cubrir ciertos compromisos,
Pasados
28 años desde el congreso, el libro con las comunicaciones sigue sin editarse.
De nuevo hace un mes aproximadamente, me puse en contacto con la Diputación de
Zaragoza y después de varios contactos nadie sabia nada de donde estaban las
comunicaciones inéditas, Finalmente, una señorita anotó mi numero de teléfono
para llamarme si localizaba algo, ya que las fotografías estaban allí. Por
supuesto los negativos con el tiempo han perdido mucha calidad y eran en blanco
y negro.
Ahora
he decidido publicarlo por mi cuenta en Calameo y con fotografías a color y en
más cantidad. Como sospecho que el articulo de Francisco no lo habrá leído
nunca nadie, ya que imagino que el segundo tomo no debió tener ninguna difusión
en su momento, ya se lo he pedido y lo publicaré en Calameo próximamente. Ramón
Sanchis, Rosa Julia Cañada, Fermín Pardo y Francesc Llop, tambien se quedaron
sin publicación.
Por
supuesto, ruego a los que lo leáis que tengáis en cuenta que se trata de un
articulo de hace 28 años y que en la actualidad, lo hubiese escrito un poco
diferente….después de 28 años algo nuevo se aprende y obliga a rectificar
opiniones.
Por
si a alguno os puede interesar su contenido, adjunto la ficha del volumen.
Además, si os interesa consultarlo, me consta que en el Museu Valencià
d’Etnologia lo tienen. Y si queréis algún articulo en concreto, os lo podría
facilitar.
Etnología y tradiciones populares (IV
Congreso Nacional de Artes y Costumbres Populares), vol. II. Comunicaciones
AUTOR: VV.AA.
EDICIÓN: Editado por: IFC
Edición: 514 p., 17x24 cm, ISBN 84-00-06781-9 (o.c.) / 84-00-06782-2 (II)
Año edición: 1987
Nº
PUBLICACIÓN: 1115
PRECIO: Agotado
INFORMACIÓN
ADICIONAL:
Contenido: Alejos Morán, Asunción, "Sátira y símbolo en el
grabado popular. Análisis de doce xilografías del Museo de Bellas Artes,
Valencia", 18 p. Álvarez Rojas, Antonio, "Artesanía pastoril
extremeña. Los sellos de pan del Museo de Cáceres", 6 p. Álvaro Zamora,
María Isabel, "Notas para el estudio del mueble popular, lo culto y lo
popular en el mobiliario pirenaico", 12 p. Amaré Tafalla, María Teresa;
Jiménez Salvador, J. L.; Liz Guiral, Jesús, "Notas sobre la pesca con
tarraya en la ensenada de Bolonia (Cádiz)", 10 p. Capel Margarito, Manuel,
"La cerámica granadina y su Ordenanza del gremio de olleros", 22 p.
Coll Conesa, Jaime, "Las tejas pintadas en el Valle de Soller y Forna-lutx
(Mallorca). Análisis de las inscripciones", 26 p. Río Martínez, Bizén d´o,
"Metodología para una recogida de Arte Popular alfarero", 16 p.
Escacena Carrasco, José Luis, "Las pervivencias en la fabricación de la
cerámica como elemento de transición de fases culturales", 16 p. Escuder
Palau, Tomás, "Uns oficis tradicionals al País Valenciá", 22 p.
Franco de Espés Mantecón, Carlos; Colomina Lafalla, Pedro; Lomillos Sopena,
Gloria, "Llamadores faliformes en Ribagorza", 14 p. Forcano Lassa,
Eva María, "Algunos datos sobre la técnica de cestería popular", 12
p. Fuster, Vicente, "Una tradición extinguida, los arrieros de
Naval", 16 p. Graña García, Armando; López, Joaquín, "La decoración
pintada y tallada de hórreos y paneras de Asturias", 24 p. Huélamo, Juana
María; Marcos, María Teresa, "Avance de un estudio sobre la elaboración de
hostias, oblea y pan ázimo en Cuenca", 16 p. Labude de Kugel, Christiane,
"Dos objetos de la devoción popular poco conocidos, el Agnus Dei y el
Detente", 14 p. Lahoz Roy, Juan Antonio, "El barro. Materia
tradicional de una tejería", 20 p. Martín Gómez, Carmen, "La cerámica
antihumedad en la construcción sevillana", 10 p. Moreno Royo, José María,
"La cerámica de Manises. Aportaciones a su evolución industrial y
artística", 20 p. Ordiñana Rodríguez, Victoria; García Prieto, Julio A.,
"Algunas influencias de la cerámica medieval en la cerámica popular
andaluza", 10 p. Padilla Montoya, Carmen, "La cerámica funeraria de
algunos centros alfareros", 24 p. Pano Gracia, José Luis; Sepúlveda Sauras,
María Isabel, "Aportación al estudio de las campanas, descripción y
noticias de las mismas en la villa de Bolea (Huesca)", 12 p. Pérez Casas,
Jesús Ángel, "Una notable muestra de artesanía pastoril, la colodra del
Museo Etnológico de Zaragoza", 10 p. Pérez García, María Aurelia,
"Piezas de la cerámica halladas en la bóveda de la Iglesia de Nuestra
Señora de la Asunción de Arroyo de la Luz (Cáceres)", 8 p. Ramis Puiggros,
Andreu, "La cordería a Mallorca. Apunts sobre una artesanía desapareguda",
22 p. Sánchez Sanz, María Elisa, "Las cucharas de palo", 28 p.
Sánchez Trujillano, María Teresa, "La cerámica de Navarrete (La
Rioja)", 18 p. Saura Mira, Fulgencio, "Aspecto etnológico de los
molinos de viento del campo de Cartagena, su necesidad de recuperación",
20 p. Temiño López Muñiz, María Jesús, "Artesanía de la madera en
Cardeñajimeno, las carracas", 16 p. Yepes Sanchidrián, María Victoria,
"Mujeres alfareras, algunos aspectos de la alfarería femenina en
España", 18 p. Zanón Rodrigo, Francisco, "Los pendientes en el
conjunto de la joyería valenciana", 16 p.
Comunicación.
Pocas ocasiones se nos presentan a los investigadores de
poder exponer los resultados de nuestras investigaciones sobre el arte
popular. Este congreso me parece la forma idónea para presentar este pequeño
estudio realizado de una manera metódica sobre 168 documentos, entre
inventarios de bienes y cartas matrimoniales, contenidos en los protocolos
notariales.
Como sucede con la mayoría de los trajes que hoy
consideramos como típicos de una determinada área geográfica, el vestido
tradicional valenciano, esta en la actualidad muy deteriorado y tiene unos
contornos desdibujados por adiciones de modas posteriores a su formación. Pero
no es este el mayor problema que tiene el traje valenciano y cualquier otro
vestido tradicional de la península; sobre el se cierne la siniestra sombra de
la invención y de la innovación, el fantasma de la creación y la moda abraza
fuertemente a lo tradicional de una manera que nos hace temer por su continuidad.
Si, los comerciantes se han dado cuenta de la gran fuente de
ingresos que suponen las fiestas populares de la Ciudad de Valencia, que son
las famosísimas Fallas, y en su avidez por obtener abultados beneficios, no dudan en
abalanzarse como buitres sobre el cuerpo casi cadáver del vestido tradicional
valenciano. Los comerciantes cometen dos graves pecados, uno es el de no estar
lo suficientemente informados sobre la autenticidad de las prendas que fabrican
o confeccionan, destinadas a vestir a nuestras falleras, con lo que prefieren
inventarse todo lo que no saben, sin pensar que poco a poco, están creando un
nuevo traje que nada tiene que ver con el tradicional. El otro grave pecado
consiste en ir recargando más y mas nuestro vestido con oro, dándole una
riqueza estrafalaria que no existía en la época clásica de su utilización.
Seria preferible pues, que en vez de añadirle esta excesiva
riqueza de materiales, que por otra parte no es real, sino simulada, se
intentara recuperar la autentica riqueza que suponen las artes populares. Algo
primordial al hablar del vestido tradicional valenciano, es el determinar su
situación en el tiempo. El vestido que siempre hemos considerado como traje
tradicional valenciano es en esencia un vestido dieciochesco y que en su apoca de utilización perduró hasta
casi mediados del siglo XIX. Por
otra parte, vemos razones de peso, en las lamentaciones que hace nuestro
ilustre botánico Antoni Joseph Cavanilles (1) a finales del siglo XVIII cuando
nos indica que en su época la pureza del vestido valenciano, comienza a
perderse. Mas tarde a mediados del siglo XIX, algunos
viajeros (2) nos indican que el vestido tradicional esta ya
agonizante o perdido.
Así
pues, considero que cualquier desviación del vestido dieciochesco tiene el
peligro de convertirlo en alga diferente que solo podría considerarse como un
simple disfraz.
Las
fuentes documentales empleadas para confeccionar este estudio, provienen de los
protocolos notariales siguientes:
SIGNATURAS ESCRIBANO ARCHIVO
5.748
a 5.754 Miquel
Fernando Fluixa A.R.V.
5.394/1
a 5.394/IX Ramón Conejos A.R.V.
5.395/1
a 5.395/IX Ramón Conejos A.R.V.
5.829
a 5.840 Joseph Vicente García A.R.V.
1.790 Joseph Antonio Velasco A.R.C.C.C.
1.790 Marco A.R.C.C.C.
En estos Protocolos, que son un total de 39 tomos, he
trabajado solo con los documentos referentes a los contratos matrimoniales,
donde se reflejan todas las piezas del vestido, que se aportan al casorio y
los inventarios de bienes que se hacían al
repartir las herencias.
Para la presente comunicación, solo he tenido en cuenta los
llamados “mocadors de coll” y los “devantals”, las demás piezas del vestido de
la mujer valenciana, se han publicado en la Revista Torrens (3).
La época estudiada va como ya se indica en el titulo, desde el año
1.785 al 1815, y el y el área geográfica comprende a las poblaciones
siguientes: Valencia, Campanar, Patraix, Russafa, Benimaclet, Manises, Quart,
Aldaya, Alaquas, Godella, Paterna, Foyos, Vinalesa, Montcada, Meliana, Cases de
Barcena, Benimamet, Burjasot, Museros, Carpesa, Almassera y Albalt dels
Sorells.
También he considerado importante el que la muestra que he
tomado, fuese representativa de la estructura social de la época estudiada, así
pues, teniendo en cuenta que según Castelló Traver (4), el 70% de la
población del reino eran labradores, y el 30 % restantes lo constituían los
oficios como artesanos, criados, clero, nobleza, comerciantes, militares,
abogados, escribanos y otros, he considerado que debía tomar una muestra similar
ligeramente mas abundante en cuanto a oficios artesanales debido a que la zona
estudiada comprende la ciudad de Valencia. Por lo tanto he tomado para mí
muestra 115 documentos que corresponden a labradores, lo que
representan un 68'46 % y 53 documentos
de oficios, entre los que nos encontramos : médicos, abogados, tejedores,
albañiles, herreros, empleados de correos, barberos, porteros de la cárcel,
calceteros, zapateros, posaderos, comerciantes, abaniqueros, carboneros, terratenientes
y otros, que representan el 31'54 %.
Para que se pudiese observar mejor si había alguna diferencia
en el vestir de las personas de la ciudad y las de las murallas hacia fuera, he
separado los inventarios en este sentido, con lo que quedaron 130 de los documentos que corresponden a la Huerta y 38 de dentro de las murallas.
Otras fuentes documentales que se han utilizado como
complementarias, pero de cuyos resultados prefiero no publicar nada en esta
ocasión, han sido los libros de ingresos de los enfermos al Hospital General, así
como, los de toma y datta de dicha institución.
El “mocador de coll”.
Consiste en un trozo de
tela que según casos es de forma triangular o cuadrangular. En las ocasiones en
que se nos presenta de forma cuadrada, para su colocación se tendrá que plegar
de manera triangular y en los casos en que se nos presenta de forma triangular, se llama "mig mocador".
Hoy por hoy, no conozco aun el origen de estos “mocadors de
coll”, pero el poeta valenciano Jaume Roig (5) en uno de s sus versos nos indica entre las
piezas de ropa que compra a su esposa el " bell drap de coll", del que no se con exactitud si
correspondería a un modelo de pañuelo de cuello, o tal vez a una especie de
tocado, que cubriría la cabeza y que caería cubriendo el cuello por la parte
delantera y colgando una punta por la trasera.
De nuevo en un documento de 1530, nos aparecen “dos draps
de coll nous començats a obrar de lens de casa”(6), lo que nos indica que por entonces era una pieza común,
aunque por el momento no podamos identificarla con nuestro “mocador de coll”.
En el siglo XVII, a finales o mas bien a principios del
XVIII, parece que estaba pintado un cuadro, hoy desaparecido, que representaba
a la emperatriz de Nicea, Constanza de Hohenstaufen, hija de Federico II de
Alemania, y hermana de Manfredo, rey de Sicilia. En el citado cuadro, se
representaba como ya he dicho a Constanza en acto de oración ante Santa Bárbara
y en el aparece vestida a la usanza de la época: Falda de brocado, jubón de
mangas bolladas y de larga botonadura en las bocamangas, arracadas en las orejas,
y para cubrir los hombros un “mocador de coll" sujeto por una aguja de
pecho de grandes dimensiones.
Cuadro que se conservaba en
la iglesia de San Juan del Hospital, en la ciudad de Valencia. Parece
corresponder a finales del siglo XVII.
Por pinturas y gravados dieciochescos, podemos
observar como casi todas las mujeres de la época llevan estos característicos
pañuelos que se colocan de diversas formas. El triangulo formado por el
pañuelo, es pasado por detrás del cuello, con lo que la punta queda colgando
sabre la espalda; se recoge un poco a manera de fuelle y se sujeta con una
aguja al escote de la espalda del jubón.
Mocador de musolina, con
deshilados y bordado a punto de cadeneta. Procede de Aldaya. Colección
Ferrandis-Bermejo. Foto: Veronica Meseguer.
La forma de sujetar los extremos, es en lo que realmente varia la colocación, en algunas ocasiones, simplemente se atan los dos extremos sobre el pecho; en otras se cruzan, sujetándose a las dos primeras aldillas del jubón; también en ocasiones los extremos se introducen en el escote del pecho o se pasan a través del acordonado del jubón o del justillo o se forma una graciosa lazada con los extremos del pañuelo sobre el pecho.
Lamina nº 84 de la Colección general de los trages que en la actualidad se
usan en España principiada en el año 1801 en Madrid. Obra del Valenciano
Antonio Rodríguez.
Mocador de musolina con
festones lobulados y bordado a punto de cadeneta. Procede de Xativa. Colección
Camañes. Foto: Veronica Meseguer.
Otra forma que parece ser muy corriente durante el siglo
XVIII, consiste en dejar las puntas sueltas, para después sujetarlas o no con
el delantal. En la azulejería de la Casa del
Marqués de Benicarló, podemos observar claramente esta colocación, que
seguramente seria la más generalizada, tanto entre labradoras como entre las
mujeres de la ciudad y de mediana condición. En otros retablos de azulejería
que no reproducimos, se puede apreciar el detalle de sujetar los picos a la
cintura por medio de la cinta del delantal.
Panel de azulejos realizado
en Valencia a finales del siglo XVIII, que se encuentra en la “casa gran” o
casa del Marques en Benicarló.
Probablemente durante el invierno, este pañuelo se ceñiría al
máximo sobre el cuello, cubriendo por completo el escote del jubón y de la
camisa, mientras que durante el verano, se bordearía el escote del jubón o de
la cotilla, dejando ver la guarnición de finas randas del “cabeç” de la
camisa. Elemento complementario del “mocador de coll” es la “agulla de pit” (aguja de pecho) (7) que la mujer de la
Huerta de Valencia solía llevar para graduar el escote del mocador.
Los
pañuelos cuadrados se colocaban de las mismas maneras que los triangulares y se
doblaban por la mitad, pero como los dibujos bordados, estaban dispuestos de
manera que al ser doblados se viesen, la parte que quedaba arriba, se sujetaba
de manera que no cubriese totalmente a la de bajo. No obstante todo lo dicho
respecto a la gran utilización del “mocador de coll", hay que destacar que
se consideraba prenda complementaria, y que por lo tanto, las mujeres humildes
solo lo utilizarían para los días de festivo y de grandes celebraciones.
Pañuelo de lienzo
fino o de botiga, con deshilados y bordado a punto de cadeneta con hilo de oro.
Procede de Aldaya. Propiedad de Pilar Ros Guillem.
Este detalle me consta en toda la documentación que he
recogido procedente de las entradas de enfermas humildes y transeuntes en el
Hospital General de Valencia. En esta documentación las enfermas suelen
ingresar con las prendas indispensables y como complementos habituales les
suelen ser el “davantal” y la “mantellina”.
Pasaremos
ahora a los datos que nos ofrecen los documentos correspondientes a inventarios
de bienes y cartas dótales contenidas en los protocolos notariales.
HUERTA
|
CIUDAD
|
|||||
TEJIDOS
|
CANTIDAD
|
% (A)
|
% (B)
|
CANTIDAD
|
% (A)
|
% (B)
|
Musolina.
|
103
|
42,21
|
55,08
|
87
|
25,14
|
70,16
|
Mahonet.
|
0,00
|
0,00
|
3
|
0,87
|
2,42
|
|
Algodón
|
5
|
2,05
|
2,67
|
10
|
2,89
|
8,06
|
Cotonet
|
0,00
|
0,00
|
3
|
0,87
|
2,42
|
|
Linón.
|
0,00
|
0,00
|
3
|
0,87
|
2,42
|
|
Lienzo fino o de botiga
|
22
|
9,02
|
11,76
|
1
|
0,29
|
0,81
|
Clarín.
|
13
|
5,33
|
6,95
|
0,00
|
0,00
|
|
Batistilla.
|
6
|
2,46
|
3,21
|
2
|
0,58
|
1,61
|
Cambray.
|
4
|
1,64
|
2,14
|
0,00
|
0,00
|
|
Cotanza.
|
4
|
1,64
|
2,14
|
0,00
|
0,00
|
|
Naval o Laval.
|
2
|
0,82
|
1,07
|
0,00
|
0,00
|
|
Mornel.
|
3
|
1,23
|
1,60
|
3
|
0,87
|
2,42
|
Seda.
|
20
|
8,20
|
10,70
|
0,00
|
0,00
|
|
Gasa.
|
5
|
2,05
|
2,67
|
11
|
3,18
|
8,87
|
Punto.
|
0,00
|
0,00
|
1
|
0,29
|
0,81
|
|
No determinado.
|
57
|
23,36
|
222
|
64,16
|
||
Total.
|
244
|
100,00
|
346
|
100,00
|
El tejido mas empleado en la Huerta es el algodón si
juntamos todas las variantes, representando el 44’26 % del total y el 57’75
sobre los que están determinados; Ie sigue el lienzo con todas
sus variantes con un 22'13 % sobre el total y un 28'88 % sobre los
determinados; las sedas solo son un 10'20 % sobre el total y el 13'37 % sobre los
determinados; las lanas en esta prenda no nos aparecen en ningún caso en los
documentos estudiados, por lo que podemos casi asegurar que era una materia
prima que no se utilizaba para pañuelos durante esa época.
En la
ciudad, el tejido mas empleado también es el algodón, que representa el 30’64 %
sobre el total y el 85,48 sobre los determinados; sigue la seda con un 3’47 % sobre el total y
el 9’48 sobre los que están determinados; el lienzo solo representa el 1,73 %
sobre el total y el 4’84 sobre los determinados.
HUERTA
|
CIUDAD
|
|||||
COLORES
|
CANTIDAD
|
% (A)
|
% (B)
|
CANTIDAD
|
% (A)
|
% (B)
|
Blanco.
|
162
|
66,39
|
86,63
|
134
|
38,73
|
108,06
|
Negro.
|
6
|
2,46
|
3,21
|
1
|
0,29
|
0,81
|
Colorado.
|
2
|
0,82
|
1,07
|
0,00
|
0,00
|
|
Carmesí.
|
1
|
0,41
|
0,53
|
0,00
|
0,00
|
|
Azul.
|
0,00
|
0,00
|
4
|
1,16
|
3,23
|
|
De color o colores
|
9
|
3,69
|
4,81
|
9
|
2,60
|
7,26
|
No determinados.
|
64
|
26,23
|
34,22
|
198
|
57,23
|
159,68
|
En la
Huerta, en lo referente al color del tejido, el mas frecuente es el blanco con
un 66'12 % sobre el total y el 90 % sobre los que están determinados; el negro
Ie sigue a mucha distancia con el 2'46 % sobre el total y el 3’33 sobre los
determinados; otros colores son aun menos frecuentes, apareciendo solo entre los
que tienen algún color en un 4'92 % sobre el total y el 6'67 % sobre los
determinados.
Los colores en los pañuelos de la ciudad, son como en la
Huerta, en su mayoría blancos que representan el 38,73 % sobre el total y el 90’54
% sobre los determinados; los otros colores incluyendo entre ellos el negro, son
muy poco representativos.
HUERTA
|
CIUDAD
|
|||||
GUARNICIONES
|
CANTIDAD
|
% (A)
|
% (B)
|
CANTIDAD
|
% (A)
|
% (B)
|
Randa o encaje.
|
34
|
13,93
|
100,00
|
19
|
5,49
|
76,00
|
Farfalá.
|
0,00
|
0,00
|
2
|
0,58
|
8,00
|
|
Cinta.
|
0,00
|
0,00
|
1
|
0,29
|
4,00
|
|
No determinado.
|
0,00
|
0,00
|
3
|
0,87
|
12,00
|
|
No se indica guarnición.
|
210
|
86,07
|
321
|
92,77
|
La
guarnición en la Huerta solo la encontramos de randas. En cambio en la ciudad
nos aparecen farfalanes y cintas.
HUERTA
|
CIUDAD
|
|||||
DECORACIONES
|
CANTIDAD
|
% (A)
|
% (B)
|
CANTIDAD
|
% (A)
|
% (B)
|
Bordados.
|
30
|
12,30
|
88,24
|
36
|
10,40
|
78,26
|
Pintados.
|
6
|
2,46
|
17,65
|
3
|
0,87
|
6,52
|
Rayados.
|
5
|
2,05
|
14,71
|
5
|
1,45
|
10,87
|
Festoneados.
|
0,00
|
0,00
|
2
|
0,58
|
4,35
|
|
No se indican.
|
203
|
83,20
|
300
|
86,71
|
Las decoraciones mas abundantes en la Huerta son las
bordadas son un 12’30 % sobre el total, seguidos por rayados y pintados.
Otro tanto se advierte en los de la ciudad.
HUERTA
|
CIUDAD
|
|||||
DECORACIONES
|
CANTIDAD
|
% (A)
|
% (B)
|
CANTIDAD
|
% (A)
|
% (B)
|
Bordados.
|
30
|
12,30
|
88,24
|
36
|
10,40
|
78,26
|
Pintados.
|
6
|
2,46
|
17,65
|
3
|
0,87
|
6,52
|
Rayados.
|
5
|
2,05
|
14,71
|
5
|
1,45
|
10,87
|
Festoneados.
|
0,00
|
0,00
|
2
|
0,58
|
4,35
|
|
No se indican.
|
203
|
83,20
|
300
|
86,71
|
Conclusiones
sobre el “mocador de coll”.
Por todos los datos manejados, vemos que el tejido preferido
es el
algodón, principalmente la musolina ( 8 ), que
casi siempre se nos presenta de color blanco; este detalle, lo corroboran
totalmente los ejemplares antiguos, que he encontrado hasta el momento. El
lienzo es caso siempre de color blanco ( 9 )
aunque hay ocasiones que se nos presenta la variedad llamada Cambray, en que se
especifica que es rayado, aunque no sabemos por el momento si estas rayas eran
de hilos de color entretejidos, o rayas
pintadas posteriormente o también podría
tratarse de hilos mas gordos en la urdimbre, o unas listas de raso sobre
ligamento tafetán.
Las telas de seda, se
nos presentan casi siempre de color, siendo principalmente el negro (10); el ligamento
del tejido suele ser el tafetán o la sarga.
En lo referente a las guarniciones, me da la impresión de
que a pesar de que en los documentos no nos aparece mas que un bajo porcentaje
de encajes, creo que este seria bastante mas abundante, ya que son muchos los
ejemplares antiguos que la llevan, además de aparecer reflejada en grabados y
sobre todo en los retablos cerámicos producidos en la época(11). El
hecho de que no figuren más los encajes en los documentos, me perece que debe
deberse a que no se considerase un detalle demasiado importante por lo usual, o
debido a que no fuese de elevado costo. Estos encajes, eran por lo general de
randa producida por las mujeres en la propia casa (12) o
bien procedente de los talleres de Novelda (13). El estudio de estas
randas, así como de sus temas ornamentales, me parecen mas propios para
dejarlos y tratarlos de una manera mas exhaustiva, junto con los bordados populares
de los “mocadors de coll”, “devantals” y camisas.
Esta guarnición de randas siempre esta colocada al filo o
repulgo de la punta que cae sobre la espalda y casi con exclusividad sobre los
pañuelos de forma triangular.
Sobre las decoraciones, también parece sospechoso que los
documentos, nos puedan dar unos porcentajes falsos, pues realmente solo son
algo más del 11 % en los que se nos indica que llevan. Esto creo que puede debido
principalmente a que como los bordados eran realizados por la propia usuaria, al
hacer el justiprecio del dote, no se les diese ningún valor, ya que realmente
no habían supuesto ningún sacrificio económico y que lo eran solo de manos, y
un trabajo de lógica aportación al casorio.
También existe la posibilidad de que en muchos de estos
casos al extenderse el contrato matrimonial no estuviesen bordados y que se
bordasen posteriormente.
Los bordados de la mayoría de los “mocadors de coll” de la
Huerta, suelen ser de pequeño tamaño, menos frecuentes son los de dibujos
medianos y rarísimos los ejemplares con dibujo grande. El bordado siempre es el
denominado "punt de cadeneta", de cuya técnica mas antigua, sabemos
que se bordaban con aguja de gancho y en un bastidor con forma de tambor.
Entre los de dibujo pequeño que son los más característicos
de la Huerta, los podemos distinguir en tres tipos:
Primeramente los que llevan deshilados a la manera que
conocemos como “vainicas” o “vainillas”, que sirven para enmarcar unas cenefas
paralelas a los bordes y formando un pequeño cuadro al cruzarse. En el ángulo
donde se forma el cuadro y coincidiendo con el centro de la espalda, queda un
motivo central que suele consistir en un ramo o un tabaque. A su alrededor y
para rellenar el resto de la parte visible, se incorporan
pequeños elementos sueltos, como flores o pájaros.
Pañuelo de cuello, de bordado pequeño, de los que hemos
clasificado como del primer tipo. Procedencia de Aldaya. Colección
Ferrandis-Bermejo. Foto: Veronica Meseguer.
Segundo, los que tienen estos mismos deshilados formando varios
cuadros debido a que son varias las líneas de de deshilados, dentro de los que
se enmarcan temas sueltos.
Tercero, los que tienen el dibujo esparcido por igual en toda
su superficie y no suelen llevar deshilados.
Los temas ornamentales del primer grupo consisten en una,
dos o tres cenefas, que siempre son guirnaldas de ramajes y flores, donde los
deshilados que enmarcan las cenefas se cruzan y forman cuadros que a su vez
enmarcan temas sueltos; en la esquina que cae sobre la espalda tiene un ramo de
flores combinado con cesta o tabaque y que siempre es de mayor tamaño que el
resto. Este tema del tabaque se repite muy a menudo en los bordados populares
valencianos y en los llamados platos de boda realizados en cerámica.
En la zona central del pañuelo, especialmente si es entero,
se suele hacer poco bordado, ya que al plegarse un medio sobre el otro y a
manera de fuelle, esconde el bordado de la parte que queda inferior.
En esta
zona a todo caso se hace con temas pequeños que salpican la superficie.
El segundo grupo es muy similar al primero, pero en el que se
ha sustituido una o dos de las cenefas, por unas series de cuadros enmarcados
por deshilados.
El tercer grupo carece de deshilados y los temas siempre son
ramajes, generalmente de bordado sencillo, pero que partiendo de muy contados
puntos, recorren toda la superficie del “mocador”, formando complicadas líneas
ondulantes.
En los "mocadors"
con bordados medianos, no podemos hacer estas distinciones que hemos hecho con los
de dibujo pequeño, pues en ellos se mezclan indiscriminadamente las cenefas, los
deshilados y los ramajes ondulantes que
cubren toda la superficie.
En los
de dibujo grande, estos son bordados generalmente sencillos a base de
guirnaldas de ramas y flores; el filo por lo general suele estar festoneado a
puntas.
Así
pues, las figuras que están formadas por los bordados, son principalmente, las
guirnaldas de ramos y flores; entre los temas sueltos o enmarcados en cuadros
de deshilado son frecuentes también los ramos, cestas o tabaques, flores
sueltas, palomas que suelen transportar en el pico ramas que parecen de olivo o
cestas y en algunas ocasiones no demasiado frecuente nos aparecen mariposas.
Los materiales
empleados para los bordados son generalmente el hilo de algodón blanco, aunque
en algunas ocasiones estén bordados con hilo de oro o plata finos (14) y que en otras estén también combinados con lentejuelas.
He observado que en muchas ocasiones los bordados de oro y plata, aparecen
sobre tejidos de lienzo, mientras que los bordados de hilo de algodón, están en
todos Ios ejemplares que conocemos sobre tejidos de algodón.
Pocos ejemplares verdaderamente antiguos
conocemos que estén realizados sobre tejidos de seda, en uno de ellos el tejido
es de color verde y el bordado esta hecho con hilo de seda amarillo.
En otros casos es el
propio tejido de seda el que forma un dibujo adamascado y con un pequeño fleco
formado por los hilos del tejido sin tramar.
Pañuelo de seda formando
pequeños dibujos adamascados. Colección Francisco Zanon. Foto: Veronica
Meseguer.
Quiero
también hacer notar el detalle de los pañuelos enteros son mas abundantes en la
ciudad, donde parecen representar un 90 % mientras que en la Huerta solo lo son
en el 75 %; Pienso también que como la mayoría de los "mocadors"
aparecidos son solo medios, es muy probable que a la larga, después de haber
hecho el contrato matrimonial, estos pañuelos corrieran la suerte de ser
cortados con lo que quedarían convertidos en dos medios.
Muy de
destacar, es también el detalle de que las mujeres de la
Huerta, poseían
muchos memos pañuelos que las de la ciudad. Las primeras, se reparten 244
"mocadors" entre 130 mujeres, con lo que no llegan a dos por mujer,
mientras que las de la ciudad, se reparten 356 entre 38 mujeres, con lo que
salen a mas de nueve. Queda pues clara la gran utilización que hacían de esta
prenda las mujeres de la ciudad.
“El devantal”
Consiste
esta prenda en un trozo de tela rectangular casi cuadrada, me mayor o menor
tamaño que por medio de una pretina que se ciñe a la cintura, cubriendo toda la
parte delantera de la falda o guardapiés resguardándola para que no se ensucie.
Por el momento
no se con exactitud en que época hace aparición esta prenda en el indumento de
la mujer valenciana. No obstante, pienso que su origen está ligado
estrechamente con la desaparición de las ropas talares y el surgimiento de los
vestidos femeninos de dos piezas ("gonets y Gonelles"). Por vez
primera, podemos observar delantales en un códice de principios del siglo XVI
donde algunas mujeres de Navarra y Astorga, con apariencia de gente llana, lo
llevan junto con sus basquiñas y gonetes. Dicho códice lleva bastantes imágenes
de gente común con delantales.
También
en el inventario los bienes de Pere García (15 )
fechado en 1.530, aparece “item un devantal de filet ab lista grogues, item
altre devantal blanch ab vions blanchs usat, item un devantal de dona de calicú
blau ab una franja en torn". De
todas maneras este documento podría no ser del todo fiable en lo referente a
los dos primeros delantales, puesto que por aquella época también se llamaban “devantals"
a las delanteras de las camas o “IIits de peges", como consta en otro
documento de la época(16) “item un devantal del
lit de fil que tira tres alnes dos palms, hun altre de lit de tela de Almeria
ab listes groch e morat que tira tres alnes dos palms, item un devantal de lit
de repos de Ii ab una lista verda en la vora, dos davantals de lit de repos de
lens"
Códice
Madrazo-Daza. De propiedad particular de una colección de Madrid.
En los
grabados y pinturas, así como, en los retablos de azulejos de Valencia que
conocemos, es frecuente la aparición de esta prenda, aunque generalmente esta
limitada a la gente llana y no se presenta o haciéndolo en pocas ocasiones en
las grandes señoras. También en estos documentos gráficos, podemos observar que
las dimensiones de estos delantales, son muy variables, tanto en el largo como
en el ancho. Probablemente, el tamaño estaría ligado a la utilización que se
hiciese de el, por este motivo en los retablos de azulejos las mujeres
dedicadas a hacer faenas como fregar, lavar, o barrer lIevan delantales mayores
que las que hacen tareas sencillas.
Veamos
a continuación los cuadros que nos ofrecen los documentos estudiados.
HUERTA
|
CIUDAD
|
|||||
TEJIDOS
|
CANTIDAD
|
% (A)
|
% (B)
|
CANTIDAD
|
% (A)
|
% (B)
|
Musolina.
|
120
|
36,92
|
37,74
|
18
|
27,27
|
33,33
|
Algodón.
|
2
|
0,62
|
0,63
|
0,00
|
0,00
|
|
Indiana.
|
64
|
19,69
|
20,13
|
6
|
9,09
|
11,11
|
Calamcar.
|
1
|
0,31
|
0,31
|
1
|
1,52
|
1,85
|
Sarasa.
|
0,00
|
0,00
|
1
|
1,52
|
1,85
|
|
Bombasy
|
1
|
0,31
|
0,31
|
2
|
3,03
|
3,70
|
Canalé.
|
1
|
0,31
|
0,31
|
0,00
|
0,00
|
|
Clarín.
|
31
|
9,54
|
9,75
|
2
|
3,03
|
3,70
|
Lienzo fino o de botiga
|
22
|
6,77
|
6,92
|
14
|
21,21
|
25,93
|
Cambray.
|
16
|
4,92
|
5,03
|
1
|
1,52
|
1,85
|
Cotanza.
|
3
|
0,92
|
0,94
|
0,00
|
0,00
|
|
Naval.
|
8
|
2,46
|
2,52
|
1
|
1,52
|
1,85
|
Platilla.
|
1
|
0,31
|
0,31
|
0,00
|
0,00
|
|
Batistilla.
|
4
|
1,23
|
1,26
|
0,00
|
0,00
|
|
Mornel.
|
0,00
|
0,00
|
1
|
1,52
|
1,85
|
|
Gasa.
|
19
|
5,85
|
5,97
|
1
|
1,52
|
1,85
|
Aldúcar.
|
3
|
0,92
|
0,94
|
0,00
|
0,00
|
|
Hiladillo.
|
3
|
0,92
|
0,94
|
0,00
|
0,00
|
|
Griseta.
|
1
|
0,31
|
0,31
|
0,00
|
0,00
|
|
Sargueta.
|
10
|
3,08
|
3,14
|
2
|
3,03
|
3,70
|
Rasillo.
|
6
|
1,85
|
1,89
|
0,00
|
0,00
|
|
Tafetán.
|
0,00
|
0,00
|
2
|
3,03
|
3,70
|
|
Estameña.
|
2
|
0,62
|
0,63
|
2
|
3,03
|
3,70
|
No determinado.
|
7
|
2,15
|
2,20
|
12
|
18,18
|
22,22
|
Total.
|
325
|
66
|
La
Huerta nos proporciona los siguientes resultados: El algodón con sus variantes
es el tejido mas usual y representa el 59’43 % sobre los determinados; Ie
siguen los lienzos con un 26'73 %; las sedas en tercer lugar representan el
13,21 %; las lanas, lo mismo que sucede con los pañuelos son inexistentes
encontrando solo dos casos.
Los
datos de la ciudad, no son muy distintos, el algodón representa el 51’85 %; los
lienzos el 35’59 %; las sedas el 9,26 % y solamente otros dos ejemplares de
lana.
HUERTA
|
CIUDAD
|
|||||
COLORES
|
CANTIDAD
|
% (A)
|
% (B)
|
CANTIDAD
|
% (A)
|
% (B)
|
Blanco.
|
139
|
42,77
|
59,91
|
35
|
53,03
|
71,43
|
Negro.
|
27
|
8,31
|
11,64
|
4
|
6,06
|
8,16
|
Azul.
|
0,00
|
0,00
|
2
|
3,03
|
4,08
|
|
Verdajo.
|
1
|
0,31
|
0,43
|
0,00
|
0,00
|
|
Muestreados.
|
65
|
20,00
|
28,02
|
8
|
12,12
|
16,33
|
No determinado.
|
93
|
28,62
|
17
|
25,76
|
Referente
a los colores de los tejidos de la Huerta, tenemos la misma que con el "mocador”
el color mas utilizado es el blanco que representa el 59'91 % sobre los
determinados; Ie siguen los que presentan muestras de colores, como lo son las
indianas, calamcares y sarasas, tejidos que siempre son estampados o pintados a
colores y que vienen a representar el 28 %, sobre los determinados; el negro con un 11’64 % sobre los que están
determinados y otros colores no son importantes.
En el
caso de la ciudad aun apunta mas hacia el blanco como color preferido, donde
alcanza el 71’43 % sobre los que conocemos el color; le siguen los mostreados
con el 16’33 % y finalmente el negro y azul ya con muy poca participación.
HUERTA
|
CIUDAD
|
|||||
GUARNICIONES
|
CANTIDAD
|
% (A)
|
% (B)
|
CANTIDAD
|
% (A)
|
% (B)
|
Randa o encaje.
|
24
|
7,38
|
58,54
|
1
|
1,52
|
14,29
|
Farfalá.
|
5
|
1,54
|
12,20
|
2
|
3,03
|
28,57
|
Cinta.
|
4
|
1,23
|
9,76
|
1
|
1,52
|
14,29
|
Franja.
|
1
|
0,31
|
2,44
|
0,00
|
0,00
|
|
No determinado.
|
7
|
2,15
|
17,07
|
3
|
4,55
|
42,86
|
No se indica guarnición.
|
284
|
87,38
|
59
|
89,39
|
Las
guarniciones podemos decir que son muy pocas, ya que queda claro que el
delantal es una prenda claramente mas practica que decorativa, por lo tanto las
mujeres tenían en cuenta que como tenia tendencia a frecuentes lavados, era
preferible no colocarle guarniciones que pudieran molestar en esta practica. En
los casos que estas se presentan, es de imaginar que seguramente la propietaria
lo tendría además con la intención de lucirlo. Por ese mismo motivo vemos que
la mayoría de los guarnecidos están realizados sobre tejidos de seda.
En la
Huerta, las guarniciones mas frecuentes son las de encajes con un 58’54 % sobre
los que están guarnecidos. Otras guarniciones como son farfalanes, cintas y
franjas, representan conjuntamente el 24’39% y en otros casos sabemos que están
guarnecido pero no nos dice de que.
En la
ciudad vemos que farfalanes, cintas y franjas, representan el 42’86 % y los que
no sabemos de que están guarnecidos, son la misma cantidad, siendo en cambio
poco representativa la participación de los encajes.
HUERTA
|
CIUDAD
|
|||||
DECORACIONES
|
CANTIDAD
|
% (A)
|
% (B)
|
CANTIDAD
|
% (A)
|
% (B)
|
Bordados.
|
16
|
4,92
|
17,58
|
2
|
3,03
|
18,18
|
Pintados.
|
65
|
20,00
|
71,43
|
8
|
12,12
|
72,73
|
Rayados.
|
9
|
2,77
|
9,89
|
1
|
1,52
|
9,09
|
Festoneados.
|
1
|
0,31
|
1,10
|
0,00
|
0,00
|
|
No se indican.
|
203
|
62,46
|
55
|
83,33
|
||
Referente a las decoraciones del tejido, los
resultados son los mismos para la Huerta que para la ciudad. Las más abundantes
son los tejidos pintados debido a abundancia de indianas con algunos lienzos
rayados y vienen a representar un 82 % de los tejidos decorados; los bordados,
representan el 18 %.
Conclusiones sobre el “devantal”.
Como hemos podido
observar el tejido preferido es el algodón, especialmente la muselina (17), cosa que coincide con los ejemplares antiguos que he encontrado físicamente; generalmente
de color blanco, no obstante ser las indianas tejidos estampados de vivos
colores(18)
Delantal de muselina, bordado con temas
pequeños salpicados y festoneado. Procedencia Aldaya. Colección
Ferrandis-Bermejo. Foto: Veronica Meseguer.
Mujer con delantal de indiana.
Panel de azulejos de Valencia de finales del siglo XVIII.
En los
casos en que aparece el color negro, lo hace sobre tejidos de seda(19) y en muchas ocasiones lleva guarnición.
Mujer con delantal de seda negro y
guarnición de farfalar. Panel de azulejos de Valencia de finales del siglo
XVIII. Casa Gran de Benicarló.
Las
guarniciones como ya hemos comentado son de encaje sobre los de color blanco y de
farfalanes, cintas y franjas en los de color.
Pocos
son hasta el momento los ejemplares dieciochescos que he encontrado hasta el
momento, y por proceder todos ellos de la misma localidad (Aldaya), hay una gran
similitud entre ellos.
Están
estos ejemplares antiguos construidos con mosolina blanca, de dimensiones que
oscilan sobre un metro de ancho y unos 80 cm de largo; están festoneados a puntas o
guarnecidos con encajes y con todo el contorno interior bordeado por una
guirnalda de ramajes y flores, toda la superficie aparece salpicada de bordados
de pequeño tamaño con los mismos temas que en los “mocadors de colI".
El
lector podrá pensar por lo aquí escrito, que “mocador de colI" y
"devantal" formaban un conjunto, con los mismos tejidos y los mismos
bordados, pero no es así, la función del pañuelo, era meramente decorativa y
solamente practica para cubrir mas o menos el escote, resguardando algo del
frío. No sucede lo mismo con el "devantal" que tiene como misión
primordial el resguardar la falda, evitando que se ensucie, aunque en los días
festivos las valencianas luciesen hermosos bordados en los que habían dejado
muchas horas de trabajo.
Hoy las falleras en nuestras fiestas suelen
lucir delantales que están profusamente bordados en oro, o incluso con perlas
engarzadas (por supuesto falsas), cosa que esta muy en desacuerdo con el
carácter completamente funcional del “devantal"; además de que creo que no
esta basado en ningún tipo de reproducción, puesto que hasta el momento, no he
encontrado ninguno antiguo ni relacionado en documentos que tuviese estas
características.
Muy importante, me parece el detalle de que las mujeres de la Huerta poseían 325 " devantals"
entre 130, con lo que salían a un promedio de dos "devantals" y medio
por cada una de ellas; mientras las de la ciudad reparten 63, entre 38 mujeres
con lo que salen a poco más de uno y medio.
Con todo esto, vemos que la posesión de pañuelos y delantales tiene
sentido inverso entre la Huerta y la ciudad, mientras que las mujeres que viven
en la ciudad tienen más de ocho pañuelos de promedio, las de la huerta solo
tienen dos. Al contrario ocurre con los delantales, las de la ciudad tienen
menos que las de la Huerta. Lo que viene a indicar que claramente el pañuelo es
más adorno y el delantal es más de trabajo.
Notas.
(1) Observaciones
sobre la Historia Natural, Geografía, Agricultura, población y frutos del Reino
de Valencia. Antoni Josep Cavanilles Palop. Madrid 1.797.
(2) Teofilo
Gautier • Un viaje por España y Condesa de Gasparin en Paseo por España.
Relación de un viaje a Cataluña, Valencia, Murcia y Castilla.
(4) J.
Castelló Traver. El país valenciano en el censo de Floridablanca (1.787).
Valencia 1.978.
(5)
Jaume Roig. “L'espill" o " Llibre de les dones". Valencia
1.460.
(6) 1.530.
Alaquas. Inventario. Gaspar Gil. 3089. Pere García. Albañil.
(7)
En muchas ocasiones esta aguja de pecho, era sustituida par una simple
aguja con cabeza.
(8)
1.796 . Campanar. Dote. José Vicente García. 5830. Labrador. “Tres pañuelos de mosolina bordada”.
(9) 1.796 . Manises. Dote. Miguel Fernando Fluixa. 5751. Manuela … y Serafín Liern.
Alfarero. “Un pañuelo de lienzo
laval blanco”.
(10) 1.789.
Manises. Dote. Miguel Fernando
Fluixa. 5748. Mariana Monrraval y Juan Carpintero. Alfarero. “Un medio pañuelo de seda negro”.
(11) 1.796.
Valencia. Dote. José Vicente García.
5830. Calesero. “Un pañuelo de clarín con encajes”.
(12)
Sabemos que las mujeres de Torrente, tenían fama de muy buenas randeras.
(13) Cavanilles
en su obra ya citada nos dice: "mas de 2.000 mujeres y niñas se emplean
en esta fabrica", y mas adelante
"son sus habitantes mismos los que las
venden al por menor en diversos pueblos de la península".
(14) 1.796.
Valencia. Dote. José Vicente García.
5830. Barbero. “Un pañuelo de mosolina bordado de oro”.
(15)
1.530. Alaquas. Inventario. Gaspar Gil. 3089. Pere García. Albañil.
(16)
Contrato matrimonial entre Esperanza Salvador i Jaume Torres, medico.
(17)
1.798. Godella. Dote Miguel Fernando Fluixa. 5752 . Maria Herrero.
Labrador. “Dos delantales de mosolina
bordados y guarnecidos de randa”
(18)
1.789. Manises. Dote. Miguel Fernando Fluixa. 5748. Antonia Vila Ortiz y
Geronimo Martinez Alonso. Labrador. “Un
delantal de indiana azul”
(19) 1.794. Foyos. Dote. Ramón Conejos. 5394.
Teresa Carcell (viuda de doctor) y Manuel Rausell. Labrador. “Un delantal de
hiladillo negro guarnecido”
(20)
1.789. Manises. Dote. Miguel Fernando Fluixa. 5748. Antonia Vila Ortiz y
Geronimo Martinez Alonso. Labrador. “Un delantal de lienzo blanco”
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